Iglesia de Pica. Pica - CHILE
Las quebradas de la región donde se sitúa Pica han convertido a este lugar en un hermoso vergel, que contrasta agudamente con el árido paisaje circundante. El poblado, de origen prehispánico, fue tempranamente colonizado por españoles, quienes ya en la década de 1550 establecieron en la localidad una encomienda. Poco más tarde, se constituyó en el lugar una doctrina de indios.
Pica se sitúa en medio de las rutas de comercio que unían la costa con el Alto Perú. El temprano auge de la minería de la plata en estas zonas permitió la prosperidad de éste y otros poblados de la región, que eran puntos intermedios del transporte de productos minerales y alimenticios. Pica abastecía a Potosí y a Arequipa de productos agrícolas y en particular de vino. Tras la decadencia de las minas de Potosí, fueron el auge minero de la zona de Iquique y luego la explotación del salitre los impulsos económicos de Pica, que a mediados del siglo XIX toma el carácter de balneario y lugar de descanso para los habitantes de la región de Tarapacá.
Entre 1880 y 1886 se construyó la Iglesia de San Andrés de Pica, que vino a reemplazar al templo anterior, destruido por un terremoto. Constituye un volumen rectangular de 19 metros de ancho por 44 de largo, construído en madera.
Flanquean la fachada principal dos torres campanarios, de planta cuadrada, rematadas por una cúpula. El vano de ingreso a la nave central, en arco de medio punto, es flanqueado por dobles pilastras y rematado por un frontón triangular de aspecto neoclásico; a los lados dos accesos complementan la simétrica fachada. La iglesia tiene tres naves separadas entre sí por columnas acanaladas con capitel dórico. Sobre el ábside se erige una monumental cúpula. La construcción es de madera y tiene cubierta de fierro galvanizado. En su interior, se encuentra un conjunto de imaginería religiosa colonial con figuras a tamaño casi natural, que representa la Última Cena.